Sketches of Spain ("Bocetos de España", 1960) es un álbum decisivo en la historia de la música fusión, de la world music a un nivel absolutamente pretérito pero brillante, e incluso como un paso de gigante hacia la música entendida como aventura, como creatividad sonora pura, que con el tiempo desembocaría en una liberación total de los esquemas tradicionales del pop
John Montdragon, un apuesto bajista de estudio, indio de origen hispano, tuvo la culpa de que Miles Davis hiciese una obra maestra con raíces españolas. “En 1959 estuve en Los Ángeles y fui a visitar a un amigo llamado Joe”, cuenta el genio en su interesante autobiografía Miles (de Quincy Troupe). “Cuando fui a su casa puso una grabación del Concierto de Aranjuez, del compositor español Joaquín Rodrigo. Me senté a escuchar diciendo para mí: ‘Maldición, estas líneas melódicas son muy fuertes. Supe allí mismo que tenía que grabar aquella música, porque, simplemente, se me quedó grabada en la conciencia”.
En seguida Miles Davis habló con Gil Evans, pianista, compositor y arreglista con el que tenía solía trabajar, que quedó igual de cautivado con la pieza. Evans tiró de biblioteca. “E investigó exhaustivamente la música española, el flamenco y la vida de los gitanos de España”, cuenta Ian Carr, en otro libro imprescindible del genio, Miles Davis, la biografía definitiva. Juntos buscaron más canciones con las que completar el álbum. Y se dieron de bruces con la saeta.
El más ancestral de los cantes andaluces, que se suele cantar en las procesiones de Semana Santa, sedujo a los dos que se pusieron manos a la obra. “Se suponía que mi trompeta era la voz de la mujer que canta la saeta desde el balcón”, explicó Davis. “Bien, aquello fue lo que más me costó: tocar con las trompeta las partes en que se suponía que alguien cantaba, especialmente cuando improvisaba, que era casi siempre”.
Así que Miles se preocupó de que los músicos de la orquesta con la que grabó la canción Saeta se olvidasen por un rato de sus serios conocimientos musicales y dejasen de tocar a la perfección para dar paso al sentimiento. Lo mismo trató de hacer cuando grabaron Soleá. “Había que explicarles que no tocasen fielmente lo que indicada la partitura. Los músicos empezaron a mirarnos como si estuviéramos locos. Lo que queríamos en realidad era que primero lo sintieran, luego que lo leyeran y lo tocasen”. Los primero músicos que utilizaron no fueron capaces así que tuvieron que reorganizar la orquesta.
El disco de publicó en 1960. Aquella fue una de las épocas más creativas y fértiles de Miles Davis. Un año antes había publicado el indispensable Kind of the blue. Y un poco antes, en 1958, había editado Milestones y Porgy and Bess (si no los tienes, ya estás tardando).
Sketches of Spain se grabó en quince sesiones de tres horas cada una. Es decir 45 horas, sin contar las cuatro primeras sesiones en las que Miles estuvo enfermo de gripe. La cara A del disco original contiene el Concierto de Aranjuez y Will o’ the wisp [Canción del fuego fatuo] del ballet El Amor Brujo del también compositor español Manuel de Falla. La segunda cara contiene The Pan piper, Saeta y Soleá.
En la rueda de prensa de presentación del disco fue cuando Miles dijo aquella famosa frase que ha quedado para la historia y que ahora muchos repiten: “El flamenco es el equivalente español a nuestro blues”. Sigue siendo unos de los mejores discos para escuchar en Semana Santa, más allá de tus creencias religiosas, aunque Joaquín Rodrigo no pensase lo mismo en su momento. A oídos de Miles Davis llegó lo que el compositor español opinaba sobre el resultado: “No me gusta”, dijo. Rodrigo cobraba derechos de autor por la melodía así que Miles Davis no tardo en responder: “Ya veremos si le gusta cuando empiece a recibir los cheques”.
Lino Portela.
Post y descarga de"LOSS LESS JAZZ"
http://losslessjazz.net/miles-davis-sketches-of-spain-1960-flac-2/
No hay comentarios:
Publicar un comentario